Si tú o alguno de los miembros de tu familia sangra al cepillarse los dientes o usar hilo dental, debe tomar medidas. Las encías sangrantes pueden no parecer tan graves, especialmente si no hay dolor, pero son una clara señal de enfermedad de las encías. Si no se controla, la enfermedad de las encías podría convertirse en un problema serio. Sin embargo, no te preocupes, es más fácil de tratar si abordas el problema desde el principio. Solo asegúrate de estar atento a los síntomas y adoptar unos sencillos pasos en tu rutina diaria de higiene bucal.
Si tienes alguno de estos síntomas, debes visitar a tu dentista. Mientras tanto, hay muchas cosas que puedes hacer para cuidar tus encías irritadas.
La enfermedad de las encías es ocasionada principalmente por un cepillado y uso de hilo dental inadecuados. Entonces, si tu rutina de limpieza dental ha sido apresurada en el último tiempo, es hora de hacer algunos ajustes. Cepíllate los dientes al menos dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves o un cepillo de dientes recomendado por tu dentista.
También puedes probar la pasta dental y los cepillos de dientes Pepsodent, que están diseñados para ayudar a prevenir la enfermedad de las encías.
Dado que los alimentos a menudo pueden quedar atrapados entre los dientes, también es esencial usar el hilo dental al menos una vez al día. Asegúrate de pasar el hilo dental entre la encía y cada diente.
Tu dieta tiene un mayor impacto en la salud de tus encías de lo que puedes imaginar. No solo se debe tener en cuenta los alimentos azucarados, cualquier alimento nutricionalmente deficiente, como el pan blanco refinado, es malo para las encías. Pero los alimentos ricos en nutrientes como las verduras y los alimentos integrales nutren tus encías, ayudándolas a mantenerse fuertes y saludables.
El zinc, que también es un ingrediente activo en nuestras pastas dentales, es vital para la formación de los huesos y los tejidos, así que trata de incluir más alimentos ricos en zinc como la espinaca, los porotos y los garbanzos en tu dieta.
Ya sabes que fumar es malo para tus pulmones, pero ¿sabías que también es malo para tus encías? Los científicos están de acuerdo en que fumar evita que tus encías reciban nutrientes esenciales, haciéndolas más vulnerables a la inflamación, lo que conduce a la enfermedad de las encías.
Entendemos que es difícil dejar de fumar, pero es lo mejor que puedes hacer por tu salud, incluyendo tus encías.
Entonces, escucha lo que tu cepillo de dientes te está diciendo. Si encuentras sangre, toma las riendas de tu rutina de salud bucal y cepíllate, usa hilo dental, enjuague y repite para lograr una sonrisa más saludable y segura.